Lo que yo llamo mi pueblo. Colmenar Viejo

“Nos vemos al año que viene”. Es una despedida que parece banal y sin embargo es entrañable. Te da un sentido de pertenencia, de ser una parte integrante de un grupo. Existe un lugar en el mundo al que vuelves una y otra vez. Con todos los sitios maravillosos que hay por ahí, tú te empeñas en dedicar siempre una larga temporada a tu pueblo. Allí te tumbas a la bartola con tus familiares, charlas con los amigos, mantienes las apariencias con los conocidos...El repetirse de las mismas escenas no te hastía, es casi como un mantra que te tranquiliza.

Luego, de repente, un día, descubres que tu pueblo no es sólo sus gentes y los afectos que allí encuentras, sino que tiene cosas que ver (aparte la ruta de pub y bares que, como el resto de la juventud de tu generación, antaño frecuentaste), que tiene una historia, monumentos para visitar, tradiciones milenarias. Te enteras, por ejemplo, que es paso obligado del Camino de Santiago viniendo desde Madrid.El mojón de granito que indica el Camino está junto a la Ermita de Santa Ana. “A Santiago, 642 km”. El recorrido a través de Colmenar Viejo es el siguiente: nos dirigimos hacia el Polideportivo Lorenzo Rico y por la calle Santa Ana subimos hacia la iglesia. La Basílica de la Asunción de Nuestra Señora, perteneciente al arte gótico, inició su construcción a principios del siglo XV, tres naves la forman, bóvedas de crucería la adornan y a ella dan paso tres puertas a cual más bella.

Los cincuenta metros de torre renacentista caracteriza el perfil de Colmenar visto desde la lejanía. Viniendo por la carretera desde Madrid, imaginaos cuatro franjas horizontales de colores bien diferenciados por las diversas texturas de la conformación de cada una de ellas: el pardo manchado del campo, el rojiblanco de las casas del pueblo agrupadas alrededor de la iglesia, el gris azulado de las montañas y la luminosidad clarísima de ese cielo capaz de donar cautivantes atardeceres. Unico detalle vertical al centro de la panorámica: la torre. Se alza hacia Dios con sus ventanas estilizadas, su chapitel octogonal, sus pináculos y gárgolas.

El recorrido del Camino comprende las calles de Isabel la Católica, del Viento, del Reloj, la de la Colmena del Cura, la de la Carretera de Hoyo, Jacinto Benavente, avenida de América, avenida de los Poetas y Ronda Oeste, calle Pilar de Zaragoza, hasta la cañada dirigida a Manzanares El Real, mejor conocida como Camino de Pozo Escalo.En la plaza Maestro Almeida n° 7, que se encuentra entre las ya mencionadas calles Colmena del Cura y Carretera de Hoyo, son visitables la Bodega del Maestro Almeida y el Museo Taurino. Se sabe que el edificio donde se encuentran fue fundado como colegio en 1772 por el cura párroco D. Diego del Pozo. Se estudiaba Latín y Humanidades.

Agradezco al hombre de la Concejalía del Ayuntamiento que perdió su tiempo con nosotros y disfrutó explicándonos mil y un detalles histórico-artísticos y tradicionales de este complejo municipio, perenne puerta de la sierra madrileña. Intentaremos ir desvelándolos poco a poco: consiguió transmitirnos su interés y curiosidad por seguir descubriendo.
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