Vivaldi, "Primavera in Musica". Abbazia di Farfa, Teatro Vespasiano di Rieti

La alegria es el hilo conductor de todo el concierto. La Primavera ha llegado, cantan las aves antes de que relámpagos y truenos precedan la calma y de nuevo el canto. Murmuran las plantas al pastor que duerme con su fiel perro, danzan las ninfas y la primavera se muestra en todo su esplendor.
Luego el Gloria abre las puertas a las composiciones sacras de Vivaldi haciendo sonar con fuerza las cuatro voces del coro y con delicadeza las notas de las solistas.

Teatro Vespasiano de Rieti

Dirige: Francesco Lupi
Maestros del coro: Francesco Lupi, Giorgio Paris, Franco Tinto, Maria Cristina Luchetti
Violino solista: Antonella Franceschini
Soprani: Monica De Propis, Margherita D'Ubaldo
Contralto: Stefania Colesanti

Orquesta y coro de la Asociación "Incanto" de Fara in Sabina con la partecipación de
"Nova Chorale Eretina" de Monterotondo (Roma) y
"Coro San Francesco" de Terni

Chagall en Madrid

De cada exposición uno se queda con lo que más le gusta. Bien, si tuviera que elegir entre los cuadros de Chagal expuestos en las salas de la Fundación Caja Madrid, el Retrato de Vava (1963-1956) sería el favorito. Y quizá sea porque no están presentes los animales que el pintor amaba tanto y que personalmente me inquietan.

El rojo està al centro de la atención, en contraste con la piel cándida de la mujer que posa al lado del espléndido ramo de flores. Al fondo una imágen. Pasión, Naturaleza y Misticismo formando un círculo que incluye la figura femenina. Ojos serenos.

Arquitecturas Pintadas del Renacimiento al siglo XVIII

El Museo Thyssen-Bornemisza y la Fundación Caja Madrid han donado al pueblo de Madrid una deliciosa exposición una vez más, en las Salas de exposiciones de la Fundación, en Plaza de San Martín 1. La última parte de la exposición que comienza en el Museo.

La exposición gratuita cubría el siglo XVIII y se desarrollaba en cuatro apartados llamados “Las ciudades del Grand Tour”, “Los caprichos arquitectónicos”, “Poética de ruinas”, “Ruina y memoria como proyectos”.

La más fácil de enseñar a mis hijos ha sido la primera, haciéndoles reconocer la ciudad que estaba representada. Nápoles, Florencia, Roma y Venecia han despertado sus recuerdos infantiles a través de las obras de Gaspar van Wittel, Canaletto, Luca Carlevarijs, Antonio Joli, Michele Marieschi, Bernardo Bellotto y Francesco Guardi. El puente de Rialto y el Gran Canal, San Pedro, Plaza Navona…

Hasta el 21 de enero Madrid podrá hacerse este viaje en el tiempo por Europa.

Lippi y Botticelli en la Florencia del 1400

Filippino Lippi nació alrededor del 1457 de una relación clandestina entre Fra Filippo Lippi y la monja Lucrezia Buti y se convirtió en un artista de rango. Ya sus primeras obras juveniles poseen una gracia melancólica, una inquietud caprichosa que lo diferencian del estilo de Botticelli. Con él colaboró en su bodega hasta convertirse en un temible rival muy apreciado por los Medici. Se le encargó ultimar la capilla Brancacci, pintar la Pala degli Otto en el Palazzo Vecchio (1486) y la Adoración de los Magos de San Donato en Scopeto (1496), hoy en día en los Uffizi de Florencia. Fue particolarmente novedoso en el campo decorativo y de las artes aplicadas, como se puede observar en los frescos de la Capilla Carafa, en la iglesia de Santa María sobre Minerva en Roma y de la Capilla Strozzi en Santa María Novella en Florencia, ciclos pictóricos

en los que su fantasia caprichosa y sin riendas emerge segura haciendo de él un maestro de gran modernidad.

La exposición en las Scuderie del Quirinale de Roma “Filippino Lippi y Sandro Botticelli en la Florencia del 1400” presenta al público los 34 años de actividad del maestro. Obras valiosísimas llegadas de museos de todo el mundo y de algunas extraordinarias colecciones privadas. Ofrece así el confronto de la intensa vida pictórica de Filippino Lippi con algunas obras del grandísimo Botticelli dando a luz la Florencia del 1400.

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