google25bf64896cccb828.htlm Viajando al centro...de tu ser: Los Madriles IX. Vista de la Gran Vía.

30.10.08

Los Madriles IX. Vista de la Gran Vía.








Se pusieron a jugar al escondite. El elfo vigilaba que todos cumplieran con las normas del juego. El ángel había terminado de contar y se movía buscando a los otros habitantes de la Gran Vía. El primero que vió fue el edificio España, que se había ido corriendo hasta el final de la calle e incluso se salió de ella. Se quedó donde le habían visto. Uno a uno el ángel individuó a cada uno de los participantes menos al edificio rojo, que, despacito despacito se había colocado entre dos edificios blancos más altos que él y se había retirado lo suficiente como para que el ángel no pudiera alcanzarlo con la vista. El elfo había notado su estrategia y cuando el ángel declaró haber visto al rojo, supo inmediatamente que estaba mintiendo y paralizó el juego y a sus componentes. En ese preciso momento vinieron a buscarle. La hora de los elfos había llegado (v. “El señor de los anillos” de Tolkien) y el mundo de ahora en adelante sería regido por los hombres. Fueron ellos los que erigieron una estatua en el lugar donde el elfo había vigilado para que el juego fuese limpio.
Si vais a la Gran Vía, a la parada de autobus que hay enfrente de la tienda de muñecas más admirada de Madrid y mirais hacia la izquierda, aún podeís ver los jugadores del escondite en el mismo exacto lugar en que quedaron al irse el elfo.

Muchos madrileños han paseado de pequeños por la Gran Vía de la mano de sus abuelos cuando la calle estaba llena de cines, no estaba tan frecuentada como ahora y el olor de las castañas inundaba las esquinas. Esta u otras historias habrán recreado esas entrañables tardes de domingo por el centro de Madrid.


Para saber algo más serio acerca de la construcción de la Gran Vía
en el Madrid de los siglos XIX y XX, consultad los trabajos de los alumnos de Historia de Madrid en la edad contemporánea 1998/1999 de la Facultad de Historia y Geografía de la Complutense madrileña bajo la dirección del profesor titular de Historia Contemporánea Luis Enrique Otero Carvajal.




Fotos: Oli

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