Lippi y Botticelli en la Florencia del 1400

Filippino Lippi nació alrededor del 1457 de una relación clandestina entre Fra Filippo Lippi y la monja Lucrezia Buti y se convirtió en un artista de rango. Ya sus primeras obras juveniles poseen una gracia melancólica, una inquietud caprichosa que lo diferencian del estilo de Botticelli. Con él colaboró en su bodega hasta convertirse en un temible rival muy apreciado por los Medici. Se le encargó ultimar la capilla Brancacci, pintar la Pala degli Otto en el Palazzo Vecchio (1486) y la Adoración de los Magos de San Donato en Scopeto (1496), hoy en día en los Uffizi de Florencia. Fue particolarmente novedoso en el campo decorativo y de las artes aplicadas, como se puede observar en los frescos de la Capilla Carafa, en la iglesia de Santa María sobre Minerva en Roma y de la Capilla Strozzi en Santa María Novella en Florencia, ciclos pictóricos

en los que su fantasia caprichosa y sin riendas emerge segura haciendo de él un maestro de gran modernidad.

La exposición en las Scuderie del Quirinale de Roma “Filippino Lippi y Sandro Botticelli en la Florencia del 1400” presenta al público los 34 años de actividad del maestro. Obras valiosísimas llegadas de museos de todo el mundo y de algunas extraordinarias colecciones privadas. Ofrece así el confronto de la intensa vida pictórica de Filippino Lippi con algunas obras del grandísimo Botticelli dando a luz la Florencia del 1400.

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